21 noviembre, 2024

Es originaria de Hong Kong, pero su nacionalidad es de Arabia Saudí; su piel es de silicón especial, tiene más de 60 gestos y expresiones humanas y puede mantener conversaciones con una persona. Se trata de Sophia, un robot humanoide que visitará México en abril con motivo de una conferencia en el marco del evento tecnológico Talent Land.

Su creador es Hanson Robotics con sede en Hong Kong, compañía encargada de crear a los androides más sofisticados del mundo con tecnología conocida como inteligencia artificial de tipo character engine. Su avanzada tecnología es de punta, con cámaras en sus ojos, que registran y analizan lo que ven; logra gesticular y mantener charlas prolongadas impresionantes.

La compañera adecuada

Su rostro fue inspirado por la belleza de la actriz Audrey Hepburn y su activación o “nacimiento” fue el 19 de abril de 2015 por la compañía que la fabricó. La calidad de inteligente se debe al software SingularityNET, que es capaz de analizar las conversaciones y extraer datos para mantener conversaciones en tiempo real y con respuestas lógicas, claro.

Para los que ya conocen y han visto un poco como se desenvuelve Sophia, se preguntarán para qué sirve, es decir, qué sentido tiene imitar a un humano hecho con circuitos. Además de que se trata de una premisa muy antigua, la idea de que el hombre construye un robot a su semejanza, con capacidades de sentir emociones, su creador ha insistido en que su intención fue crear una compañera adecuada para ancianos en residencia o para ayudar a multitudes en parques o en grandes acontecimientos.

Cara a cara

Los logros han sido muchos, ya que Sophia ha sido entrevistada por populares comunicadores y periodistas, por ejemplo, con Charlie Rose en el programa 60 minutos. En otra entrevista para la NBC el entrevistador manifestó algunas preocupaciones sobre la incursión de los robots en la vida de los humanos, a lo que Sophia bromeó al contestar “Ha estado leyendo demasiado a Elon Musk, y mirando demasiadas películas de Hollywood”.

Controversia política

Este robot cada año ha roto esquemas no solo en lo tecnológico, sino en un plano político-social, lo que se convierte en verdadero triunfo para su creador. El 11 de octubre de 2017 Sophia fue presentada a las Naciones Unidas con una breve conversación con el vice secretario general Amina J. Mohammed. Meses más tarde en la Cumbre de Inversión Futura en Riad le fue concedida la ciudadanía saudí, logrando así ser el primer robot en tener una nacionalidad, situación que ha desarrollado un discurso con diversas perspectivas. Por ejemplo, en principio puede significar un logro, pero al adquirir derechos y obligaciones, Sophia podría votar y contraer matrimonio, pero si es un robot, “alguien” la programaría para que eso sucediera, lo que significa que no tiene libertad del todo. En países con califato, como algunos musulmanes, justo donde le concedieron la ciudadanía, no tiene que ser acompañada de un hombre como ocurría a cualquier mujer, ni debe cubrirse con una tela.

Algunos líderes de opinión aseguran que, sin entrar al terreno ético o moral, el propósito de Arabia Saudita, el FII y Hanson Robotics al otorgarle la nacionalidad fue una simulación que tiene por objetivo que el reino saudí vea con buenos ojos la inversión de 500 mil dólares para iniciar una ciudad sustentable basada en la robótica y energías renovables.

Ahora queda ver cuál será la reacción de la comunidad latinoamericana sobre el papel de Sophia cuando visite México en Guadalajara y toda la promoción que los medios mexicanos le darán a su visita. En suma, la incursión de lo “inteligente” en la vida de las personas ya es un hecho, y los androides son solo un capítulo que en algún momento se sumará a la realidad, aunque los resultados sean experimentales.

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