21 noviembre, 2024

“Siento como que no descansé después de haber dormido más de nueve horas. Durante el día no logro concentrarme, me distraigo fácilmente y todo el día me siento agotado”. Palabras de una persona con la que laboro en radio. Al finalizar me dijo: “Fui con un médico y me recetó vitaminas, las cuales me estoy inyectando cada tercer día; la verdad me siento igual. ¿Qué me recomienda?”.

Ante tal situación vino a mi mente un episodio similar que hace años viví con signos y síntomas iguales a los descritos, llamado fatiga mental, para la cual las vitaminas no representan un remedio definitivo.

La causan días en los cuales sobrecargamos el cuerpo con un sinfín de actividades y no precisamente relacionadas con el mundo de los negocios. Se incluye en este tipo de fatiga mental a las mujeres que se sobresaturan de actividades propias del hogar y provocan la presencia del cansancio y el mal humor, y a estudiantes que no se esfuerzan durante todo el ciclo escolar y desean aprender lo que no hicieron durante un semestre en dos días o en una noche.

Este enemigo tan dañino llamado estrés es el factor detonante de la fatiga mental, ya que empieza a afectar el rendimiento físico y a producir alteraciones en el sueño, no durmiendo o haciéndolo constantemente sin obtener el descanso deseado. Se presentan enfermedades como la gastritis y el dolor de cabeza, que a diferencia de otro tipo de migrañas se presenta con contractura de los músculos del cuello y hombros. Esta fatiga produce también ansiedad e inclusive existen estudios que fundamentan el cáncer como consecuencia.

Existen momentos en la vida de cada uno de nosotros en los que repentinamente tenemos que realizar una actividad que requiere toda nuestra atención por varias horas: Un trabajo inesperado, una tarea urgente, velar a un enfermo, un trayecto de horas manejando un vehículo, entre muchas otras, y nadie nos puede ayudar. El trabajo continuo y desgastante puede ocasionar fatiga mental por el estrés que se genera al trabajar en forma continua o la presión que conlleva.

Una fatiga mental ocasiona bloqueo y olvidos, e inclusive puede confundirse con inicios de Alzheimer, porque no sabemos dónde dejamos la cartera o qué íbamos a hacer, olvidamos detalles que constantemente se hacen, lo cual causa más estrés al creer que estamos perdiendo la memoria y lo que verdaderamente tenemos es cansancio. La recomendación para evitar la fatiga mental es hacer pausas en los periodos de trabajo continuo, aunque creamos que el cuerpo no nos lo pide.

Nuestro organismo tiene una increíble capacidad de adaptación en situación de emergencia y la prueba más contundente es la fuerza que aparece cuando tenemos que huir o proteger a alguien querido. No olvido un hecho documentando de una madre de familia, sin preparación física, que levantó un vehículo al ver a su hijo atrapado en la parte inferior del mismo.


Para evitar la fatiga mental te recomiendo lo siguiente:

1. Pausas de 15 minutos en periodos de trabajo prolongados, cambiando de lugar o ambiente.

2. Realizar ejercicios de respiración. Inspirar y espirar profundamente, cuatro o cinco repeticiones.

3. Musicoterapia. Es una tendencia relativamente nueva, pero usada desde tiempos ancestrales, que relaja adicionalmente tu cuerpo escuchando la música que sea de tu agrado y que al mismo tiempo te invite a la concentración.

4. Realizar estiramientos. Los animales nos ponen el ejemplo de lo importante que es el estiramiento para la actividad prolongada. Es lo primero que hacen los perros al despertarse.

5. Realizar ejercicio. Lo ideal es 45 minutos diariamente para obtener una condición adecuada que te ayude a sobrellevar las cargas laborales constantes. Si no es posible, el cuerpo agradece los minutos que puedas otorgarle ejercitándolo.

6. Comer saludablemente. Nos convertimos en lo que comemos. Entre más chatarra le des al cuerpo, más desgaste tiene por la gran cantidad de radicales libres que se generan y aceleran el proceso del envejecimiento y el deterioro celular. La recomendación es clara, disminuir el consumo de carnes rojas, aumentar el consumo de pescado, frutas, verduras y jugos naturales previa hidratación del cuerpo.

7. Evitar el consumo excesivo de café. Al sentir fatiga buscamos estimulantes para evitar el cansancio y la cafeína es una elección. Obviamente ayuda a disminuir el cansancio, pero se produce un círculo vicioso que ocasiona fatiga emocional. El cigarro es otra mala elección conocida por todos y, sin embargo, sumamente utilizado.

Trabajo siempre habrá y sin querer te vas enrolando en más y más actividades en pro de mejorar tu calidad de vida. Recuerdo la respuesta de Buda al cuestionársele qué es lo que más le sorprendía de la humanidad: “Los hombres que pierden la salud para juntar dinero, y luego pierden el dinero para recuperar la salud, y que por pensar ansiosamente en el futuro, olvidan el presente de tal forma que acaban por no vivir ni en el presente ni en el futuro, viven como si no fuesen a morir, y mueren como si no hubiesen vivido”.

Buen momento para decidir evitar la fatiga mental, ¿no?


¡Ánimo!

Hasta la próxima.

Dr. César Lozano

Conferencista internacional y conductor de radio y televisión

Pág. web: www.cesarlozano.com

Facebook: www.facebook.com/doctorcesarlozano

Twitter: @drcesarlozano

Instagram: drcesarlozano

YouTube: canaldrcesarlozano

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