21 noviembre, 2024

 

La dieta desencadena trastornos alimentarios con bastante facilidad. Muchas de las personas que son entusiastas de una “vida saludable” están experimentando algún tipo de trastorno alimentario socialmente aceptable.

Existe una delgada línea entre un trastorno alimentario y una dieta, y a menudo es difícil para el ojo externo diferenciarlas. Hoy en día es muy fácil ocultar un trastorno alimentario detrás de una aparente “vida saludable” o una pasión por la comida sana y el ejercicio. De hecho, la mayoría de las personas con trastornos alimentarios esconden los trastornos de la alimentación bajo la apariencia de una vida sana. Sí, la mayoría de las personas con desórdenes alimentarios ni siquiera saben que tienen desórdenes alimentarios.

Nuestra cultura tiene una relación retorcida con la comida y el peso. Se le ha dado al peso mucha importancia (más de la que debería tener) y existe un temor constante por el aumento de este; incluso creemos que al ser supercontrolados en nuestra alimentación somos responsables y moralmente correctos, aunque esto implique un enorme costo emocional y físico.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre una dieta y un trastorno alimentario? No mucho. Todo depende de cuán obsesivos seamos al respecto y de cuánto espacio mental y emocional ocupe en nuestra vida.

También hay diferentes tipos de trastornos alimentarios. Y no todas las personas con un trastorno alimentario restrictivo se ven “como si tuvieran un trastorno alimentario”. No todas las personas con trastornos alimentarios restrictivos tienen bajo peso, eso es porque nuestros cuerpos pueden ser realmente buenos para retener grasa debido al objetivo del cuerpo de mantenerse con vida. Tampoco se necesita estar en extremo delgados para tener efectos negativos sobre la salud. Se puede tener anorexia (en que se restringe fuertemente la ingesta) y estar o no en riesgo. Puedes tener bulimia (en que hay atracones y purgas) y estar muy delgado o no. Puedes tener ortorexia (en la que te obsesionas por la pureza de los alimentos) y estar emaciada(o) o no. Puedes tener un trastorno por atracones, que en realidad es causado por la restricción alimentaria, y tener cualquier peso. O se puede tener un trastorno alimentario no especificado (tener un poco de algunos o de todos) y no evidenciarlo.

Es importante darse cuenta de que hay mucha gente por ahí restringiéndose, obsesionándose con su consumo y obsesionándose con su “salud”, que reciben elogios por sus esfuerzos y su cuerpo, todo porque no se ven enfermos. Pero lo son, emocionalmente, con seguridad, y también físicamente.

Nuevamente, no se necesita tener delgadez extrema para activar la respuesta de inanición. Piénsalo: ¿qué tan buena sería esa respuesta de inanición biológica si nos dejase enflaquecer antes de que se iniciara?

¡Cuida tu salud!

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