Por Marisol Rodríguez / Fotos: Internet
Caracterizado por su aroma y sabor inigualable, el pan de muerto es uno de los manjares de la temporada. Su origen se remonta a la época prehispánica y a la llegada de los españoles a México, anteriormente llamado Nueva España, en el año 1519.
En aquel tiempo eran comunes los sacrificios humanos, entre ellos ofrecer el corazón de una princesa en honor a los dioses Izcoxauhqui, Cuetzaltzin o Huehuetéotl, pero este ritual fue rechazado por los conquistadores.
Fue así como inició la elaboración del pan de muerto, a base de harina de trigo en una forma similar a la de un corazón, bañado con azúcar y pintado de rojo; una forma pintoresca de representar a la muerte.
Se dice también que, en Mesoamérica se preparaba un pan de amaranto molido que era mezclado con la sangre de los sacrificios y era ofrecido a los dioses.
Su significado
Cada parte del pan de muerto tiene un significado especial, por ejemplo, su forma circular representa el ciclo de la vida y la muerte. En la parte superior central destaca un pequeño círculo que es el cráneo y las cuatro tiras realzadas en forma de cruz hacen alusión a los huesos.
Además, estas simbolizan los cuatro puntos cardinales consagrados a los dioses: Quetzalcóatl, Tláloc, Tezcatlipoca y Xipe Tútec. La esencia de azahar se dice que evoca el recuerdo de los ya fallecidos.
¡Prepáralo en casa!
Ingredientes
- 500 gramos de harina de trigo
- 150 gramos de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de levadura instantánea
- 3 huevos
- 1 cucharadita de esencia de azahar
- Ralladura de un limón
- 150 mililitros de leche o agua de cempasúchil
- 250 gramos de mantequilla
- 1/3 taza de mantequilla fundida para el acabado
- 200 gramos de azúcar para espolvorear
Preparación
- En un tazón mezclar harina, azúcar, sal y levadura. Vacía sobre una mesa y forma una cavidad al centro.
- Agrega los huevos mezclados con la esencia de azahar y la ralladura de limón al centro de la fuente y comienza a amasar.
- Conforme se va formando una masa pegajosa, agrega la leche o el agua de cempasúchil (calentarla y al hervor agregar los pétalos de dos botones de la flor) poco a poco mientras se amasa enérgicamente. Necesitarás aproximadamente 20 minutos para lograr una masa elástica de apariencia homogénea.
- A continuación se incorpora a la masa la mantequilla a temperatura ambiente cortada en pequeños cubos. Continúa amasando hasta que la masa despegue de la mesa.
- Coloca la masa en un tazón y ferméntala colocándola en un lugar cálido y húmedo por espacio de una hora o hasta que doble su tamaño.
- Corta la masa en proporciones del tamaño de un puño o el equivalente a 85 gramos para panes de mesa.
- Toma una porción y comienza a bolear sujetando con una mano la masa y girando con firmeza a modo de obtener una pieza redondeada. Coloca la pieza sobre una placa para hornear ligeramente enharinada y con la palma de la mano golpéala para aplanarla.
- Corta dos porciones pequeñas de masa y ruédalas con la mano y los dedos entreabiertos para formar las canillas y colócalas sobre el pan en forma cruzada.
- Para terminar de formar los panes, toma una pequeña porción de masa y dale forma de canica. Esta pieza representa el cráneo y se coloca al centro.
- Deja reposar los panes nuevamente en un lugar cálido y húmedo por espacio de 30 minutos para que adquieran su tamaño final.
- Precalienta el horno durante 15 minutos y hornea a 200 grados centígrados hasta que los panes adquieran un color dorado.
- Al salir del horno, barnízalos con mantequilla fundida y espolvorea con suficiente azúcar.