Una de las tendencias en estos días es el del ayuno intermitente que se basa en no ingerir comida por ciertos periodos y que ha mostrado resultados favorables como bajar de peso, reducir la inflamación y tener una mejor digestión, entre otros.

¿Qué es?

No es como otro tipo de dietas, existen muchas variaciones y una ventaja es que cada persona lo puede hacer en la forma que más le acomode. Depende de tu estilo de vida, tus metas, la forma de tu cuerpo, cuánto tiempo haces ejercicio, etc.

Básicamente consiste en comer ciertas horas del día y dejar de comer por un tiempo más largo. Los tiempos más comunes para hacerlo son: comer por 8 horas, mientras que ayunas por 16, una versión más estricta consiste en dejar de comer por 36 horas y volver a ingerir alimentos en las siguientes 12 horas.

Muchas personas prefieren hacerlo antes o después de irse a dormir pues se suman las horas en las que estás dormido y se podría decir que “es más fácil” pues no lo sientes. En cuanto a las calorías que se pueden consumir, no hay muchas reglas.

Lo ideal sería comer bien y balanceado para tener mayores beneficios, pero si te quieres dar un permiso y comer un postre, ¡se vale!

or otro lado, durante tu ayuno puedes tomar agua y té sin ningún tipo de endulzante ni leche. Hacer un ayuno intermitente ayuda a “reiniciar” el sistema digestivo, por lo que tu cuerpo quemará más calorías, tu digestión será mejor y se aprovecharán más los nutrientes.

Aunque se siguen haciendo muchos estudios sobre si hacer un ayuno intermitente es saludable o no, dejar de comer por algunas horas no te hará daño. Algunas de las contraindicaciones que existen son:

• No se recomienda en niños ni adolescentes, pues estos necesitan más calorías para desarrollarse y crecer.
• Hazlos de forma paulatina, es decir, no intentes la primera vez hacerlo por 36 horas.
• No te atasques ni sobre comas cuando te toca alimentarte, esto solo hará que te de una indigestión y a la larga el resultado será el mismo.
• No se recomienda en gente que tenga diabetes o alguna condición cardiaca. Siempre es mejor consultar a un médico antes de hacerlo. Lo mismo con mujeres embarazadas o en lactancia.