Por Marisol Rodríguez / Fotos: Internet
Esponjosos, dulces y caracterizados por su base cilíndrica y superficie ancha, los muffins son una exquisita creación de la repostería.
Harina de trigo, huevo, aceite vegetal, leche, polvos para hornear, esencia de vainilla y azúcar son los ingredientes que se utilizan en su receta original.
Existen dos tipos de muffin: el inglés, aplanado por ambos lados y degustado en la hora del té, y el estadounidense, elaborado en un molde con diversos sabores y rellenos.
Entre ellos, el de arándanos, un fruto ácido y dulce a la vez, que le da un toque único a este postre, ideal para el desayuno o la merienda.
Esta receta es tan popular que tiene su propio día, el 11 de julio; si quieres preparar unos muffins en casa para celebrar, te compartimos algunos trucos para que sean perfectos.
5 trucos para un muffin perfecto
- Los ingredientes líquidos y secos deben procesarse en recipientes diferentes y la parte líquida debe verterse en la seca y nunca al revés.
- Al combinar las dos mezclas trabájalas durante muy poco tiempo dando unas vueltas, esta debe quedar grumosa y con la cocción el resultado será perfecto.
- Siempre vierte la masa en las tazas rápidamente.
- Precalienta el honor a 200 grados centígrados, así el choque térmico permitirá una levadura óptima.
- Una vez cocidos, deja reposar tus muffins por 10 minutos dentro del horno con la puerta entreabierta.
En corto
- Los muffins tuvieron su origen en el siglo XVIII en Londres, Inglaterra
- Su nombre proviene de la palabra moofin, adaptación del vocablo francés moufflet que significa pan suave
- Al llegar a Estados Unidos, en el siglo XIX, aumentó su fama gracias a Samuel Thomas y su popular cafetería ‘Muffin House’ en Nueva York